Volltext Seite (XML)
A su manera, igualmente, el propio Roberto Schumann, a sus cincuenta y tres arios, habia dado mäs que suficientes muestras de un ideal no menos elevado y generoso, a las puertas mismas de una demencia final cuyos primeros sintomas habian aparecido ya, y que, apenas trascurrido un ario de aquel triunfal recibimiento, le llevaria a un intento de suicidio lanzändose al Rhin. Al ser internado en un sanatorio del que solo le redimiria la muerte, dos arios despues, dejaba un hogar cargado de hijos al que todavia sumaria Clara, la mäs famosa pianista de su tiempo, una cuarta niria mäs, y septimo de los hijos si contamos a los varones, llamada Eugenia, a la que debemos un precioso libro de recuerdos familiäres cuya lectura se hace altamente recomendable al llegar la oportunidad de escuchar sus creaciones orquestales pero que debe valer, igualmente, ante cualquier acercamiento a su extensa y extraordinaria obra pianistica o vocal en cuyo repertorio, lamentablemente tan descuidado en nuestra vida musical, se revelo como un maestro consumado, dotado de aquel enorme potencial y de aquella inconfundible singularidad expresiva de la que hablaba el gran Joachim, y que tuvo por destinataria tantas veces a su amada y fidelisima Clara, quien. por otro lado y hasta su muerte, a la edad de setenta y siete anos, mantuvo una platonica relacion de amistad con Brahms, dando lugar a una de las historias mäs hermosas y limpias con las que cuenta nuestro arte. En realidad, no se tenia Roberto Schumann como compositor de sinfonias. Es mäs, la direccion de orquesta le aterrorizaba y de estas tareas tuvo al cabo que renunciar en su ultima epoca de Düsseldorf. Tampoco Brahms andaba muy seguro de su capacidad sinfonica, y tanto lo dudo que tuvo que cumplir los cuarenta anos para dar a luz a la Primera en Do menor, tras un laborioso periodo de gestacion. Schumann, por el contrario, no tardo en escribir la primera de las cuatro suyas,y tras algunos escarceos, llego la Sinfonia en Si bemol mayor como una verdadera explosion de jübilo, ciento por ciento romäntica, ante la Primavera, conocida, precisamente, por este titulo. Corria el ario 1841 y Schuman habia cumplido 31 arios de edad, uno menos que Felix Mendelssohn, quien la estreno con gran exito al frente de su Orquesta del Gewandhaus de Leipzig. No corrio la misma suerte un segundo intento sinfonico, que despues de ser estrenado tambien en Leipzig, en el mismo ario de 1841, tuvo que esperar a una posterior y completa revision, llevada a cabo en 1851, para pasar a figurar como Cuarta Sinfonia en Re menor, inconfundible aunque sea solo porque sus cuatro movimientos se suceden sin pausa como si se tratara de una nueva sinfonia fantästica (la de Berlioz habia aparecido en 1832), solo que en el caso de Schumann la estructura respondia a un novedoso sistema ciclico que no mucho mäs tarde consolidaria Cesar Franck.