LA SINFONIA ROMANTICA (ll): SINFONIA N° 3 OP. 90 Johannes Brahms suele aparecer como un compositor a contracorriente, a veces tildado de anacrönico. Sin embargo, tambien puede definirse como unificador de las tendencias musicales de su epoca. Su müsica no solo es un homenaje a los cläsicos, sino que es la afirmacion de una creciente fi- losofia historicista. Brahms represento la vuelta al tipo beethoveniano de compositor no influido por modelos literarios, contrario al modernismo emergente de Berlioz, Liszt o Wagner. De entre todos los compositores del siglo XIX, ninguno fue tan consciente como el del alcance del problema que representaba componer una sinfonia despues de Beethoven. Su pro- fundo conocimiento de la müsica del pasado y su propio sentido de la res- ponsabilidad artistica le impidieron lanzarse a la composicidn de sinfonias hasta su etapa de madurez creativa, dejando cuatro obras maestras que suponen la culminacidn de este genero en el Romanticismo, con un gran protagonismo de los instrumentos de viento. En ellas demuestra hasta donde se puede llegar combinando la maestria tecnica y el mäs alto con- tenido poetico. Schumann ya habia advertido sobre la importancia del compositor de Hamburgo: “Siempre he sabido que un dfa apareceria un artista llamado a ser la encarnacion ideal del genio de su tiempo y cuyo arte no resultaria de un desarrollo gradual, sino que se manifestaria de golpe en toda su per- feccion, a semejanza de Minerva surgiendo completamente armada de la cabeza de Cronos. Pues bien, ya ha llegado una sangre joven junto a cuya cuna montan guardia las Gracias y los Heroes. Se Hama Johannes Brahms, vino de Hamburgo, donde realizo una obra creadora, ignorada de todos, en una profunda soledad. Todo en el, incluso su ffsico, anunciaba a un ele- gido: El dia en que dirija con su varita mägica las masas corales y orques- tales que le comunicarän su poder, los misterios del mundo invisible nos serän desvelados en maravillosas visiones...”. Compuesta en Wiesbaden durante el verano de 1883, la tercera es la sin fonia mäs corta de las cuatro compuestas por Brahms, y quizä la menos conocida —excepto el tema del tercer movimiento—. En general posee un caräcter extrovertido, desarrolländose a traves de sus cuatro movimien- tos. Sin embargo, los cuatro concluyen en absoluta calma, en pianisimo, configurando una obra de gran coherencia interna, al estilo de su prede- cesor Robert Schumann. Esta obra supone el alejamiento de la influencia