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o menos libres, es enorme. En un trabajo que realice hace anos para mi tesis docto- ral sobre Shakespeare y la müsica llegue a contar en mis fichas con 75 composito- res y es probable que haya algunos otros. Los mäs ilustres por sus Romeos son Be- llini (/ Capuleti ed i Montecchi, öpera), Gounod (Romeo etJuliette, öpera), Ber- lioz (Romeo etJuliette, sinfonia dramäti- ca), Chaikovsky (Romeo y Julieta, obertu- ra-fantasia) y Prokofiev (Romeo y Julieta, ballet). Hay que destacar que, entre noso- tros, Conrado del Campo escribiö una öpera con el titulo de Los amantes de Ve rona (1909) y Roberto Gerhard la musica escenica (1949) para las representacio- nes de Romeo y Julieta en el Festival de Stratford-on-Avon. En 1935 Prokofiev, que habia regresa- do a Rusia luego de varios anos en el ex- tranjero -de 1918 a 1935 viviö en los Es- tados Unidos y en Francia, realizando un viaje por Espafia poco antes de su definiti- vo regreso a la URSS y estrenando en Madrid su Concierto para violin n B 2- reci- biö un encargo del Kirov de Leningrado (hoy, otra vez, el Marinsky de San Peters- burgo) para componer un ballet. Ya antes habia escrito musica para ser danzada -Ala i Lolly (1921), Chout (1921), Le pas d'acier (1927) y Et hijo prödigo (1929)- pe- ro nunca un ballet largo en tres actos. De- cidido a escribir una obra que siguiese la gran tradiciön del ballet ruso y al mismo tiempo Io renovase Prokofiev, en colabo- raciön con el director del Kirov, Sergei Radlov, eligiö como argumento la historia de Romeo y Julieta trabajando en la parti- tura durante ese ano y el siguiente. Sin embargo, las instancias oficiales hicieron oidos sordos a una musica que les pare- cia demasiado nueva y atrevida y tanto el Kirov como luego el Bolshoi de Moscü re- chazaron el ballet, de modo que Prokofiev dio permiso para que la obra se estrenara en Brno el 30 de diciembre de 1938. Pare- ce que este estreno -al que no asistiö el autor- apenas tuvo interes. El verdadero estreno se produjo en Leningrado salva- das, al fin, las reticencias de las autorida- des, el 11 de enero de 1940, en el Kirov, con coreografia de Leonid Lavrovsky, y Galina Ulanova y Konstantin Sergeyev en los papeles protagonistas. Para esta Ver sion Prokofiev compuso algunos nümeros y revisö la orquestaciön. Nuevas revisio- nes se llevaron a cabo en 1941 y en 1946, estas ültimas para el montaje en el Bols hoi de Moscü. Esta de 1946 debe consi- derarse como la versiön final y definitiva. A partir de entonces el Romeo y Julieta de Prokofiev ha conquistado los escenarios de todo el mundo y se ha convertido, con toda justicia, en uno de los grandes cläsi- cos de la Historia del Ballet. Cuando, finalizada la composiciön de la partitura, el müsico vio frustradas sus es- peranzas de verla representada, decidiö hacer dos suites de concierto -en 1947 realizö una tercera- formadas por siete nümeros cada una extraidos de los cin- cuenta y dos de que consta la obra com- pleta. Los nümeros no guardan orden ar- gumental y aunque en la selecciön hay päginas que se encuentran entre Io mejor de la obra -«Capuletos y Montescos», «La joven Julieta» o «La muerte de Teo- baldo», esta ültima acaso la mejor de la partitura- los directores hacen su propia selecciön pues existen otros nümeros de tanta o mäs calidad que los elegidos por el autor. Esta tarde escucharemos los siete nü meros de la Suite n B 2y como colofön la citada «Muerte de Teobaldo» correspon- diente a la Suite n B 1. El ballet esta cons- truido con la tecnica del leitmotiv y asi ca da uno de los personajes centrales tienen su propio motivo, como tambien Io tiene el amor y la muerte, motivos que aparecen y reaparecen a Io largo del ballet de acuer- do con las exigencias de la historia. Con una orquestaciön personalisima -que puede ser de suma delicadeza, festiva, irönica, romänticamente lirica o de exube- rante contundencia- un juego ritmico de extraordinaria riqueza y una inventiva me- lödica de muy alta inspiraciön, la obra del maestro ruso bien merece el brindis que Galina Ulanova hizo tras el estreno en Le-