de caräcter dramätico, construido sobre el primer tema da lugar a un tenso silencio Qrecuerdan en este pasaje a Furtwängler?), tras el que volverä el segundo tema, ahora en la mayor, maravi- llosamente fluido en su nuevo tratamiento por los clarinetes. La coda retoma, ahora en modo menor, la alegre melodla del comienzo. El scherzo observa la forma sonata dentro de una extraordinaria riqueza de motivos. Es un movimiento de tremenda energla ritmica, abierto por una ligura vitalista de caräcter recurrente que asegu- ra la unidad orgänica de esta parte. A ella se contraponen ideas muy diversas, entre las que destaca por su delicadeza el breve cantabile inserto en la exposicion y natu- ralmente la amplia melodla que preside el trlo, de inconfundible aroma austrlaco. El allegro vivace que corona la sinfom'a serla su movimiento mäs amplio si no se cortase, como suele ocurrir, la repeticiön de la exposicion (Solti y Giulini, en sus respec- tivas grabaciones de esta sinfom'a con la Filarmonica de Viena y la Sinfönica de Chicago respetan dicha repeticiön; otro tanto hace Barenboim en su registro con la Filarmonica berlinesa). El motivo principal, con su caracteristico salto de tercera ascen- dente, promete que la energi'a y la vitalidad presidirän todo el movimiento. Hay un tema secundario, mäs apacible, que jugarä un papel importante en la secciön de desarro- llo. Pero sobre todo Hama la atenciön la tremenda ligura de cuatro blancas repelidas (re) que actüan como mazazos a lo largo de todo el movimiento y que estallan en la inmensa coda (antes, en la reexposiciön hubo un pasaje misterioso que parece anticipar El sueno de una noche de vera- no), culminaciön triunfal de la obra en el clamoroso do mayor que clausura esta.