ni 10/ METALE*. ? la divina providencia tiene señalado , se hicieron unas casas y ingenio de piedra para moler metales de plata, junto á una ciénega , que de é1 se principia , y da qualquiera parte que en él se sacaba para señalar los breves cimientos , salía el mismo mal olor que queda dicho. Era semejante al que tiene una bodega llena de mosto , quando está htrbien:1o , grave y pesado, que aun á los que gozabamo; del ayre libre nos ofendía. En el mineral de Verenguela de Pacages, fa moso por haber tenido indios de cédula para la labor de sus minas, aun antes que Potón , y que las ri quezas de sus metales no le hiciera inferior á ninguno, si el agua en que luego dan sus vetas no estotbara el ahondirlas. En el cerro que se llama de Santa Jua na , seguia un Minero una labor de p'ati muy abun dante y rica ; quiso por descubrir mas , dar un bar reno á una de las caxas , con esperanza de encontrar con otra veta: diligencia ordinaria de los que se ocu pan en este exercicio. Acomodó dos indios en el lu gar que le pareció, y á pocos golpes que con la barreta diéron , se descubrió un vacío de que salió tan pestilencial olor , que instantáneamente murieron los dos indios. Otros que estaban mas apartados , salieron apriesa á avisar al amo ; quiso entrar á ver lo que era , y favorecerlos; pero mucho antes de llegar á ellos se quedó también muerto , atravesado en los Callapos, ó escalera por donde se baxaba á la mina , y hasta mi tiempo se quedó allí su cu:rpo , sin hiber habi do quien se atreviese á intentar sacarlo para darle sepultura. En otro socabon del mismo cerro se descubrió estando yo en las minas, un pequeño agujero en lo mas hondo de él , de que salia con un modo de rui- do que atemorizaba , otra exhalación ó vapor infi cionado y grueso , bastante á quitar la vida á quien en él se detuviese; apagaba» la vela encendida , que