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DB IOS METALES* $ rarla, quando después de haber pasado los calore* del estío , recibe el rocío de las primeras lluvias: cocio ' el calor en el tiempo seco ia moderada humedad* que contenía la tierra ( causa de que procede el olor bueno en todas las cosas que lo tienen ) y mezclada con la primera agua , exhala y evapora con el calor apaclbte , que todos expeiimcntamos. ‘En qual y quisl barro, se halla también aqueste privilegió', como_etv el de Estremoz en Portugal , y en el de Nata en Pa namá ; y aun en estas tan apartadas regiones, les dan nombre y estimación. En Malaca, Ciudad ra mosa de la India Oriental , dicen , es común un ge-> ñero de barro olorosísimo, de que se hacen los or- dinatios vasos, á que quita si valor la demasiada abun- dancia. En las minas también , donde se sacan los metales, ha habido algunos exemplos de aquesta prer rogativa , aunque el oler mas es en ellas lo mas co mún y mas experimentado. Hallándose presente En- rico, príncipe de Saxonia , en Marieburg, como re fiere el Agrícola , salió tan susve olor de la mina que llamaba San Sebastian , que dixa con admira ción el príncipe que le parecía estaba en Calivet, tier ra tan famosa de la India , por sus buenos olores, y otras excelencias , que muchos de no poca autori dad Ta juzgaban por el verdadero sitio , en que crio y tiene tíos hoy el paraíso terrenal. Apacible olor es el que echan de sí las minas de los metales, que llaman Pacos , si otros medies minerales no los acom pañan é inficionan; y este olor bueno no espeque-- ña señal de la riqueza que tienen sus piedras, o tier ras que llaman Llampos: ordinaria co‘a es esta en las vetas que crian anco , ó plomería ; y experiencia co mún entre mineros , que también , como con la vista hacen prueba con el oifato del metal que aun no conocen. Los demás gene íes de metales huelen por la mayor paite mal , ó por su natural destemplanza
