-4- los sin oirás impresiones que las que ellos mismos causan. El Alcázar, castillo fuerte y residencia de los lleyes Moros, fué mucho mayor de lo que lo es en el dia. Hasta la Torre del Oro, cer cana al rio, se extendían sus fuertes muros, hoy en parte arruinados, en parte fuera del recinto del actual Alcázar, y escondidos y oprimidos entre casas, sobre las cuales se alza de trecho en trecho una de sus torres, como un roble entre las zarzas que lo opri men, para respirar en ancha atmósfera y no ahogarse mezquinamente. En el dia su re cinto es mas reducido, y carece de los cuar teles, cuadras y plazas de armas que pro bablemente ocuparían ántes el terreno cer cado. Como las construcciones del pueblo reconcentrado á que debe su origen, carece el alcázar de fachada exterior, y solo tres puertas pequeñas, sencillas y ojivales, y un postigo, dan separada entrada á tres de sus cuatro patios, al rededor de los cuales se alinean construcciones de diferentes gustos y edades, recuerdo de distintas épocas y diversos Monarcas, que se tocan, si no en la mayor armonia, en la más perfecta paz y concordia, y son todas viejas y pobres, es clavas de la mansión Régia, hermosa sulta na de eterna juventud.