~ 22 — rie, se divierte y se enriquece, conservan lo que constituye la fuerza del hombre, y lo que á la larga dá siempre la victoria, es to es, la fé, la gravedad, la antipatía á todo lo vulgar, el menosprecio de la frivolidad.» Mal hemos llenado nuestro cometido (I); pero venga todo aquel que quiera conocer bien esta joya de España á la hospitalaria hija del Betis; cuando le admire la Lonja, le encante el Alcázar y le entusiasme la Ca tedral, conocerá cuán difícil es describir en lisa y llana prosa lo que se siente al con templarlos. No ha sido este tampoco el ob jeto que nos hemos propuesto a! trazar las presentes líneas, Al ver que la época ac tual, que tiene tantas trompas para publi car lo que es triste y malo—ó lo que sin ser (1) No puede leerse nada más exácto, interesan te y poético que la descripción del Alcázar, hecha por el Exmo Sr. D. Antonio de Latour, Ayo que fue de S. A. R. el Sr. Duque de Montpensier, y actual In tendente de su casa, en su notable y erudita obra ti tulada: Etudes sur l'Espatjne.Tiecomendamos á todos los que después de leer estos ligeros apuntes deseen adquirir movores noticias sobre el Alcázar, que lean el capítulo 4." del tomo 1de tan curiosa é intere sante obra, que dicho sea de paso, no creemos se haya traducido aun. ¡Tal es por desgracia entre no sotros la falta de espíritu público; tristemente absor bido por ta política!