-11 — portada, de las que una comunica al salón de Embajadores, otra al llamado de Carlos V, otra á otro salón, y la restante constituye el emplazamiento, en que según es fama, se colocaba el trono de los Reyes moros para recibir el feudo de las Cíen Doncellas im puesto á sus vasallos por el usurpador Rey de Asturias Mauregato, y pagado anualmen te á los árabes en recompensa de haber au xiliado á aquel para apoderarse de la Coro na, hasta que su sucesor, el gran Rey D. Alfonso II el Casto redimió á los cristianos de tan vergonzoso tributo, gracias á sus bri llantes victorias sobre los infieles. De verificarse en este patio la entrega de las Cien Doncellas, pretende la tradición que se deriva su nombre. Dos de los tres pequeños ajimeces ó cla raboyas caladas que hay encima de la mag nifica" puerta de alerce que conduce al salón llamado de Carlos Y, por haberlo reedifica do este Soberano y sustituido á su antigua techumbre el precioso artesonado que hoy se admira en él, tienen en su parte superior dos cabezas árabes cubiertas con sus tur bantes, una de hombre y otra de mujer. Se gún tradición, son retratos del alarife que el Rey D. Pedro hizo venir de Granada pa ra reconstruir el antiguo Alcázar, y de su