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15 noruegos pasaron de Groenlandia a Terranova, poblándose también esa parte del continente americano, con esa inmb gracion del Norte de Eur'opa. Las tradiciones de los meji canos lian producido las conjeturas de que su pais hubiese sido poblado por las inmigraciones del nordeste del Africa, penetrando los tártaros del Norte por las islas del Kamts- chatka: la semejanza del color de los esquimales con el de los asiáticos de la raza cáucasa, la existencia de animales que, como el oso, el lobo, la liebre, la zorra i otros, son co munes en la Tax-taria, i otras afinidades, han formulado esa opinión. 9. Fuera de esto, es bien uniforme la conjetura de que los habitantes de la India setentrional, de la China i de la Tartai'ia, se comunicaban con la América. Para sostener esta teoría, Yater, Barton i Klaproth, asignan gran número de afinidades entre los idiomas chino, índico i tártaro, con los de los americanos. Los meses eran designados con los nombres de animales en los calendarios de los aztecas, i lo mismo se verificaba enti’e los calmucos i tártaros. Las cua tro grandes fiestas de los peruanos coincidían con las délos chinos: los jeroglíficos de los antiguos chinos tenían una notable analojía con los de los mejicanos i los Quipos del Perú, Los grupos de islas, tan numerosos en la Oceania, eran puntos de comunicación que debieron servir de escala de las playas del índostan a las de América. El oríjen pro bable de la población americana, í'eposa en tres hipótesis que, clasificadas, todo se puede conciliar, manifestando que la primera inmigi-acion fué la de los ejipcios por el mar Bei - - mejo; la segunda la de los fenicios por el estrecho de Gibral- tar ; i la tercera la Indo-tártara por el Kamtschatka. 10. La ignoi’ancia completa de la historia filolójica de los muiscas, no permite profundizar esta cuestión. La tra dición solo nos asegura, que el idioma muisca era armonio so, dulce, mui sentimental, abundante en vocales i sinóni mos, i su sintáxis metódica i ordenada. Por esto unos le han asignado un oríjen en el hebi’eo, oti’os han hallado su analo jía con el vascuence, vai’ios con el tchusktschi; i finalmen te, otros en el congo-africano. No obstante, se observa que los idiomas de la India occidental pertenecian a una civili zación relativa, descubriéndose en esto el í-esto precioso del naufrajio de jeneraciones anteriores. Pereciendo la mayor parte de las naciones indíjenas en medio de la ignorancia i