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zo matar a casi todos los ubaques, que residían de guarni ción allí: unos pocos se escaparon i partieron a dar noticia a su Cacique, quien, reunidas sus riquezas, se fortificó en un peñón que se hallaba en la mitad de la laguna que se en cuentra en ese pais, i esperó a su enemigo. Después de cin co dias de un sitio rigoroso i falto de mantenimientos, el Ca cique arrojó sus riquezas al lago, i procuró abrirse paso por las filas enemigas, muriendo en este encuentro el Goberna dor de Guatavita. El Cacique envió comisionados al Zipa, escusando su conducta, i enviándole cuantiosos regalos, los quedesechó Nemequene,i sujetó a juicio al Ubaque. Después .de seis o siete meses de examinados los cargos i descargos, el Zipa absolvió al Cacique, quien reiteró entonces sus do naciones, que igualmente fueron rechazadas por motivos nobles i jenerosos. 0. Nemequene llevó a efecto un armamento poderoso para invadir el señorío de Tunja, i el Zaque a su vez se reu nió con sus ausiliares, elevando su ejército a 50,000 hombres. Zaquesazipa, sucesor de Tisquesusha, mandaba la vanguar dia del ejército muisca, Tisquesusha la retaguardia, i Neme quene obraba como Jeneral en jefe. El sitio de las Vueltas, por el que corre el pequeño arroyo de este nombre, fué el lugar en que se empeñó la batalla, sostenida por ámbas par tes desde el medio dia hasta entrada casi la noche. El ejér cito del Zipa ya contaba con la victoria, cuando el ardimien to de Nemequene lo condujo a muerte segura, pues deseoso de decidir la acción,se lanzó en el campo contrario, i allí reci bió en el pecho un dardo mortal. Esta noticia se esparció en el ejército muisca, i comunicó el desaliento ; pero la pericia de Zaquesazipa impidió que se cambiase la posición de ven cedores en la de vencidos, pues ordenó la retirada, i las tro pas del Zaque quedaron conformes con volver a su pais sin mayor quebranto. Nemequene, conducido a su habitación, falleció a los cinco dias después del combate, sucediéndole Tisquesusha. 10. Zaquesazipa marchó luego con 30,000 hombres, e invadió el Cacicazgo de Sutatenza, i en pocos dias redujo a la obediencia a los Caciques de Machetá, Zunubá i Tibirita, i el de Somondoco tuvo que hacer presentes cuantiosos pa ra conservar su existencia política. La guerra contra el Za que se resolvió, i en el campo de Cajicá se contaron 70,000 hombres dispuestos a penetrar en el territorio de Tunja.—