Volltext Seite (XML)
que: este jefe también se movió de su capital; pero por un acuerdo singular, ámbos monarcas contramarcharon a sus capitales, i Saguanmachica resolvió subyugar el territorio de Ubaque, cuyo Cacique había invadido a los pueblos de Usme i Pazca, contra la fe de tratados antiguos, i en efecto, ocupó el Cacicazgo de Ubaque, refujiándose aquel en un peñón donde depositó sus riquezas. 3. Los panches a la vez invadieron el territorio Muis- ca por los pueblos de Zipacon i Thena, i el Cacique de Gua- tavita por la parte de Chia i Cajicá. Diez i seis años dura ron estas hostilidades, hasta que cansados los panches, i al go agotados de recursos, se retiraron, i Saguanmachica, li bre de la presencia de estos enemigos, marchó acelerada mente sobre Sopó, i coligado con este Cacique, invadió los Estados de Michua con 50,000 combatientes. En las tierras del Cacique de Chocontá, Michua aceptó la batalla con 60,000 hombres, i después de tres horas de un combate san griento, el Zaque espiró en el campo, i el Zipa quedó herido mortalmente, después de haber presenciado el triunfo com pleto obtenido sobre el ejército contrario, cuyas reliquias lle garon a Tunja, i se llamó al trono al sucesor de Michúa que lo fué Quimuinchatecha, joven de 18 años. 4. En el Zipazgo de Cundinamarca sucedió Nemeque- ne en 1490, quien era sobrino del finado Zipa. Fueron sus primeros proyectos sojuzgar el territorio del Zaque, i hacer a este tributario. Los Caciques feudatarios, mal avenidos, comenzaron a manifestar señales de insurrección, i los pan- ches principiaron sus hostilidades. Nemequene reunió un consejo de Uzhaques, i casi unánime fué el voto por la gue rra. Cuarenta mil hombres se armaron, i puestos a órdenes de Tisquesusha, sobrino i heredero de Nemequene, marcha ron por entre la senda de Tibacuy i Pazca para atacar a los sutagaos, miéntras que se fortificaron i guarnicionaron las fronteras de los panches. El Fusaghasughá huyó cobarde mente a la presencia del enemigo, i desorganizado su ejérci to, obtuvo una espléndida victoria Tisquesusha, quien de jando en Tibacuy una guarnición respetable de Güechas, volvió a la capital cargado con un inmenso botin. 5. Nemequene a la vez, con otro respetable ejército, arrojaba a los panches de sus Estados. El Cacique de Zi-