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- 19 - qe escriben la istoria como fatalistas, esclama. «¡Le jos de mi aqel qe qiera materealizarla, el qe en las acciones buenas o malas no ve mas qe el reflejo de tal o cual pasado siglo, i qe demasiado consecuente con su sistema envilecedor para la umanidad, sufoca el grito de su conciencia. Es preciso qe la concien cia se someta a elevados pensamientos morales i fi losóficos; es preciso combatir el fanatismo siempre i donde qiera qe se presente, como también la sacrí- liga impiedad, qe es igualmente un fanatismo; es preciso acería guerra al despotismo, a lainiqidad, ala sedición, a la indeferencia por la causa pública!» (e) Para realizar mi propósito fijo primero el ca rácter delaconqista de Chile i su influencia social; en seguida estudio el sistema colonial español i lo exa mino en todos sus aspectos para indicar también su influjo en la existencia i en todas las relaciones de nuestra sociedad. No vereis, señores, en este mal bosqejado cuadro una de aqellas grandes naciones qe señalan su carrera en el mundo, dejando tras de si una ráfaga luminosa; una de aqellas naciones qe admiran relijiosamente con un oríjen misterioso, una infancia eroica i una virilidad sublime por sus echos; sino un pueblo desgraciado, qe aparece desde sus primeros momentos uncido al carro de un conqista- dor orgulloso. La ignorancia i la esclavitud protejen