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- 10 - indelebles: en él verá qe esa constante alternativa de bienes i desgracias en qe a trascurrido los siglos no es ni la obra fatal de un poder ciego qe lo pre cipita de suceso en suceso, ni la consecuencia inevi table de un capricho, sino un efecto natural de esas leyes, de ese órden de condiciones a qe está sujeto en su naturaleza. Verá también qe si en el universo físico se desenvuelven espontáneamente las causas qe le sirven de leyes para producir un resultado ne cesario, no se opera lo mismo en el universo moral, porqe el ombre tiene el poder de provocar el desa rrollo de sus leyes o de evitarlo por medio de la li bertad de sus operaciones, según convenga a su feli cidad. ¡Tal es la suprema sabiduría de la intelijencia divina! La umanimidad no es ni a sido lo qe ella podía rigorosamente ser, atendidas las circunstancias de lugar ¡tiempo, sino lo qe a debido ser, atendido el uso qe an echo de esas circunstancias los ombres qe laan dominado i dirijido: ¡ella tiene una parte acti va en la dirección de sus destinos, porqe si así no fuera, su libertad seria una mentira insultante, su dignidad desaparecería i en el mundo no podría exis tir idea de lajusticia! (d) Por esto e dicho, señores, qe la sociedad debe (d) Talvez podrá calificárseme de osado, porqe me aparto aqí de la base de las brillantes teorías de mas de un jenio de los tiempos modernos, pero E ido perdón de esto, si es una falta, i suplico se me permita usar de mi li- ertad de pensar. Yo no creo en el fatalismo istórico, según lo conciben algunos sabios.