[ 56 J de la rr.rtitud ¿el gobierno i de Injusticia de los tribunales. (<») Pero no: entonces quedaba ese testimonio vivo qti: pedia descu brirlo todo, i por eso mismo era conveniente i preciso hacerle desapa recer: no quiso Fierran esponerse a oir nuevos razonamientos, ni ruónos a que el consejo de estado le frustrase sus planes negándole su consenti miento para la consumación de la iniquidad, como podia hacerlo en uso de sus facultades constitucionales: no quiso no; i sacando un lance a las atribuciones"de esta corporación, i descubriendo con ello la hilaza mas de lo que ella estaba, disculpó su proceder estampando una cláusula que «le suyo se presenta rebosando malicia, diciendo [pajina 147 linea 6] que “tampoco era necesario solicitar el consentimiento del consejo de es tado”. Mas ¿quiere saber el lector en qué se fundaba para decir esto? Yo tampoco lo sé; pero voi a copiarle aquí las dos únicas disposiciones constitucionales que tienen relación con el asunto, i el lector juzgará de ellas lo que le parezca. Por la atribución 18 de! artículo 106 de la constitución de la N. G. corresponde al ejecutivo, “conmutar, con previo consentimiento del “consejo de estado la pena de muerte en otra grave, siempre que así “lo exija alguna razón especial de conveniencia pública, i a propuesta “de los tribunales que decreten las penas”. I por el inciso 3. c del ar tículo 128 corresponde al consejo de E. “consultar, dar su dictáman, “prestar o no su consentimiento en los casos que designa esta constitu ción”* como v. g. el caso de conmutación de pena que designa la atri bución 18. que se ha copiado. Herran, pues, temió, o tal vez supo de positivo que el cornejo iba a prestar su consentimiento a la conmutación propuesta por la corte, o lo que es lo mismo a negar su consentimiento a la fusilacion de Morillo, ¡ eludió la lei evitando la consulta, volvién- do así frustráneas las atribuciones d I consejo. llenan se hallaba en el caso de aquel que, queriendo casarse i temiendo que los padres le nieguen la muchacha, apela al rapto: o, para hablar con mas propiedad, hizo lo que hace el pillo que necesita una cosa ajena i teme fundadamente que su dueño se la niegue—to marla robada. Cada dia conozco mas, que nunca me he equivocado en el juicio que he formado siempre de este hombre, si hombres pueden llamarse semejantes seres. ¡Qué diferente conducta la de Obando con respecto a Morillo! Fué su prisionero, i no faltaron muchos hombres de influjo que le im portunasen sobre su fusilacion; mas siempre les contestó con la nece- [o] Este documento está en el tomo 1. ° del Examen crítico de Mos quera, i las palabras anotadas se leen a la pajina 187 lineas 13 i siguien tes de dicha obra. Herran no tuvo por conveniente que se insertase en el cuaderno de Bogotá. ¿Tampoco tenia relación ron Morillo un voto sobre la conmutación de la pena de Morillo?