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[ 4« ] ran había circulado, tan ciertas por supuesto como las demás que él i Mosquera circulaban, dejaron a Flores en posesión de su finca con fuerzas, i ellos marcharon a atender a las demas provincias de la re pública, que como era de esperarse se levantaron todas, aunque sin plan ni concierto en sus operaciones. Durante estos levantamientos, Morillo, el asesino confeso de ese Sucre tan llorado por la política perseguidora, el derramador de esa sangre que tantas lágrimas i tiernos suspiros cuesta todavía a los sen sibles Márquez, fierran i Mosquera; Morillo, digo, se hallaba en servi cio, con armas en la tnano, i formando causa común con ellos, apesar de esa sensibilidad que tan irreconciliables los hacia con el asesino de Sucre, [pájina 153, lineas 27 a 28] Sí, formando causa común con ellos: jamas dejó de formarla, pues aun desde Pasto le hicieron hacer un escrito pidiendo que se le permitiese ir a combatir contra No guera [pájina 24 lineas 19 a 20]; lo que prueba de nuevo que Mori llo era todo de ellos, i hacia siempre lo que le aconsejaban como bueno i conveniente para su salvación. Cuando Morrillo estaba en Popayan, peleando ya contra el re sucitado Obando i en servicio con los perseguidores de este, Márquez, el Presidente, para asegurarse mas de la constancia de Morillo en per manecer firme en la calumnia, le dirijió en una carta que escribió al Gobernador Castrillon con fecha 1. ° de febrero de 1841, las siguien tes seductoras palabras. “Morillo no debe perder la esperanza de re- “concillarse con la patria: nuevas acciones i un decidido interes por la “causa nacional, le darán derechos que nadie podrá censurar, ni atri- “buir lo que se haga en su favor a innobles procedimientoscarta que orijinal i autógrafa interceptó Obando i depositó en un lugar público en Popayan, i carta que vieron t«>dos en aquella ciudad. ¿Hai alguno que dude que esos derechos i reconciliación con la patria era el perdón: esas nuevas acciones i decidido interes, el sostenimiento de la calumnia; i esos innobles procedimientos, la confabulación e inlelijencia que el mis mo Márquez temia que se habia de sospechar entre ellos i Morillo? hai quién dude que Morillo i ellos iban de acuerdo i que lo estuvie ron siempre desde el principio hasta el finí Pero miéntras los mentidos jemidores de la muerte de Sucre, plañendo sin consuelo, se mantenían en tan estrecha alianza con Mo rillo su confeso asesino, i con Flores, contra quien habla tan elocuen temente el cuaderno que ellos mismos han publicado, compe nsaban es ta insultante inconsecuencia con una persecución a muerte de las mas remotas relaciones de Obando: no era suficiente perseguir a este, era necesario perseguir i asesinar al amigo, al cuñado del amigo, al que favoreció al cuñado del amigo, i aun al que tuvo algo qué ver con el favorecedor del cuñado del amigo. Córdova, el valiente i honrado Salvador Córdova, con cuya san-