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Otra [pajina 118 lineas 46 i siguientes] en que después de ha blarle ¡de su amistad i de las miras de Sucre, le decia que “si las co- “sas se ponian de peor data, querría hablar con Flores; que él iria “hasta Tulcan, si a Flores le parecía, pero de un modo tan priva ndo que solo Flores i él supiesen el viaje de ánrbos, pues de “otro modo no convendría”; i argüían que el viaje que proponía a Tul- can, i que debía verificarse de un modo tan privado, tenia por objeto tratar del asesinato, por lo cual era que de •tro modo no convendría ve rificarlo (e). Otra (pájina 119, lineas 1. “ i siguientes) en que después de ha blarle de las advertencias que a Flores le llevaban A. i G. de sus ami gos de Bogotá, le dice “que ambos le dirían que el Jeneral Sucre lle- “vaba la intención de sustraer el sur i ponerlo bajo la protección „del Perú, que cuide mucho de eso, i que cuente con el Cauca, i con “él mismo para estorbar tal suceso”; i coucluian de este antecedente, que pues Sucre habia muerto asesinado cerca de Obando, Obando le habia asesinado i con el asesinato era que habia cumplido la pro mesa de estorbar tal suceso [f]. Esto decían, i nada mas decían. daneta en *u declaración de la pájina 64, i nada mas inocente i natural que consultar lo que debería hacer en el caso previsto. Bien estaría que estas frases dudosas i, si se quiere, sospechosas, se alegasen una vez ántes de «aplicadas; pero una vez esplicndas satisfactoriamente, como lo fueron desde entonces, solo la mala fe exhausta de materiales, puede reproducirlas. [e] Tengo para mí [diga Obando lo que quiera] i tendrá para sí todo el que conozca el jenio i las circunstancias políticas de los dos hombres er- aquel tiempo, que todas estas cartas, inclusa la primera, no eran otra cosa que un puro artificio i enredo para distraer a Flores, entretenerle, i man tenerle en estado de no tener qué temer de él: le engañaba, i hacia mui bien. Si pudiéramos hacer que todos los hombres fueran buenos, sinceros i hon rados, detestable seria hacer uso del engaño; pero pues no podemos impedir que haya tunos malvados i ambiciosos, no queda mas recurso que engañar los, si se puede: triste es esto, pero ello es así. (¿Que cosecharía el infeliz boquirrubio que tuviese la inocencia de hablar a un Flores con sinceridad? Respóndanlo los que le conozcan. Els Flores hombre tan habituado a hacer uso del engaño, que ni él mismo se escapa, i frecuentemente se engaña a sí mismo. Los que, sin embargo, piensen que las cartas no tenían el objeto que yo pienso, convendrán en que de no ser ese, ha de ser forzosamente el que se relaciona en la nota anterior: si se trataba de concertar en la en trevista el modo de impedir que Sucre verificase la cisión de territorio, de que hablan las mismas cartas sin ningún misterio, claro es que el viaje de bía hacerse de un modo mui privado para que él no pudiese prevenir el im pedimento, como lo habría hecho al tener noticia de la entrevista, por lo • ual el viaje seria ineficaz, o no convendría hacerlo de otro modo que con la reserva recomendada en la carta. (f) En esta carta solo se l ace misterio de A. i G. conductores de las