Volltext Seite (XML)
65 friega quedaron los soldados, i muerto el Cacique de Atún. 2. Manjarrés adelantó sus marchas, i se presentó un nuevo encuentro con los indios, que fueron derrotados. El tránsito por la sierra de Opon fué estremamente penoso pa ra los castellanos, i aun tuvieron que sufrir otras acometi das de indios. Lebrón al fin llegó a Vélez con la baja de ochenta hombres, e hizo reunir el cabildo para que se le re conociese como gobernador de lo conquistado por Quesada, lo que así se efectuó, enviando despachos a los cabildos de Tunja i Santafé, para que prestasen la misma obe diencia. 3. Hernán Pérez, con acuerdo de sus capitanes, resol vió no reconocer a Lebrón en calidad de gobernador, i en vió a los capitanes Guzman de Avellaneda i Antón de Ola lla para que conferenciasen con Lebrón ; pero el tono des templado del primero de estos agrió mas las cosas, i Hernán Pérez comisionó nuevamente a los capitanes Juan Cabrera i Baltazar Maldonado, que volvieron luego sin alcanzar ave nimiento alguno. Hernán Pérez todavía propuso a Lebrón sometiesen sus pretensiones a los cabildos de Santafé i Tuh- ja, para que, impuestos estos de los despachos respectivos, resolviesen definitivamente, sométiéndose las partes al acu erdo de esas corporaciones. Aceptó Lebrón al fin este par tido, i acompañado de doscientos infantes, ciento de caba llería i alguna jente de Vélez, marchó a Tunja, i Hernán Pérez, con el mismo núfnero de tropa, se encaminó a la ci tada ciudad. 4. Acia la mitad de enero de 1541 tuvieron su primera entrevista Hernán Pérez i Lebrón, a orillas de una quebra da, a distancia poco mas o ménos de un cuarto de legua de Tunja, i hubieran llegado a las armas esos dos caudillos, sin la mediación pacífica de algunos capitanes. Finalmente, se avinieron en que los indicados cabildos resolviesen la dife rencia, i en esta virtud los de Santafé i Tunja acordaron que los despachos de Quesada cbntenian los suficientes re quisitos para reconocerlo como gobernador lejítiiho de lo que habia descubierto. Lebrón protestó contra esa delibe ración, i no fué atendido; solicitó licencia para seguir descu briendo, i le fué negada, no alcanzando sino que le compra sen los esclavos, armas, caballos i algunos efectos de comer cio por precios mui subidos. Habiéndose quedado mas de ochenta de la espedicion de Lebrón, entre ellos muchos ca- 5