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el J)r. Cuervo, como Director de tabacos, de instrucción pública y de crédito nacional, como Majistrado de los tribunales, y como Ministro plenipotenciario en la asamblea colombiona; pero él no ha tenido por conveniente suministrarlos, ni nosotros hemos podido proporcionárnoslos por otros medios. También nos ha manijes, lado una repugnancia invencible á que se reimprimiesen los articulas de política y de costumbres que trabajó para la Misce lánea de Bogotá de 1825; para la Bandera tricolor; para el Constitucional de 1831 á 1835: para el Argos de 1837; y para el Observador de 1839; por cuyo motivo no es tan completa esta colección como habíamos pensado que lo fuese, cuando por un inte- rés patriótico y de amistad nos atrevimos á emprenderla. El Dr. Cuervo ha ocupado y ocupa una posición distinguida en la Nueva Granada sin otra recomendación que la de sus propios merecimientos. Ni la riqueza, ni los pergaminos que en la vieja Europa hacen brillar á las mismas nulidades, ni en fin, el favor de los poderosos le han abierto camino para su útil carrera. Ha servido con lealtad y con desinterés, sin vanidad y sin pretensión: nunca ha proclamado, ni su nombre se halla inscrito en ningún lugar público, á pesar de haber fundado el colejio de niñas de la Merced: haber colocado la primera piedra en el cementerio público de Bogotá y puesta la obra en estado de servicio: haber reorganizado la Casa de Refujio; haber hecho cons truir la calzada de Puente-grande - mejorar los caminos - refac cionar los puentes y poner nuevas fuentes-, y haber establecido en fin, mas de cincuenta escuelas de niños en la provincia de Bogotá. Nosotros como patriotas y amigos suyos, queremos consagrar en esta compilación la memoria de sus servicios, para que ella sirva de ejecutoria á sus hijos, asi como deben servirles de lección práctica los ejemplos que hoi les dá como hombre público, y como hombre privado. En los periódicos que ánles hemos mencionado, se encuentran las opiniones del Dr. Cuervo, en sostenimiento todas ellas del principio legal en las escandalosas y sangrientas peripecias á que ha estado sujeto el pais, hecha abstracción de las personas, con tal que hubiesen sido elevadas á representarlo por los trámites constitucionales. Tan leal y patriótica conducta empero le ha valido el odio y la záña de quienes han pensado que es inconse cuencia separarse del amigo político que abandona la enseña del orden y de la lei, y se alista entre los alborotadores y anarquistas. Campea entre los calumniadores el supracitado Obando que mal enojado contra el Dr. Cuervo por haber pedido en términos encr- jicos su eslradicion al Gobierno del Perú, ha vomitado sobre él, como sobre los proceres mas distinguidos de la República, atroces y asquerosas injurias en un folleto publicado en Lima son el titulo de Apuntamientos para la historia, obra digna de su autor, en la cual se desfiguran y adulteran los hechos mas noto, rios, como sucede con los relativos al Dr. Cuervo,los cuales se hallan explicados y comprobados en los números 22, 98 y 109 del